Qué poder decir ahora con los
recuerdos de aquellos días donde la Bonbonniere no era sólo un restaurante,
sino un lugar donde tú y yo compartíamos un momento en la mañana tan cotidiano,
tan cercano, pero distinto, ineteresados el uno en el otro, al punto de
ayudarnos, abrazarnos y besarnos. Un momento donde tus inquietudes se hacían mías,
y mis miedos se hacían nada en ti. El café de la mañana, el periódico del día,
me hacían pensar en un futuro muy junto a ti. Me daban la tranquilidad de que
había encontrado aquello con lo que soñaba. Era así de simple: los sueños si se
hacen realidad.
Por un momento en mi mente pensé
que éramos la pareja perfecta, sabía de tus errores y tu de los míos, pero
parecíamos dispuestos a aceptarnos y encontrarnos en lo sublime, muy lejos de
todo aquello que en ese amor se hacía insignificante.
Como en toda historia imperfecta
el “pero” exigió su lugar, su rol protagónico, y mientras yo me hallaba
dispuesta, a ti te pesaba grandemente el personaje asumido.
Qué pena, doloroso desde el fondo
del alma, que tu inseguridad te haya
impedido saber que yo te querría asi, sin disfraces, que no era necesario ser
diferente, que estaba preparada para acompañarte en todos los escenarios desde
el más glorioso, hasta el más simple. Ofrecí amor del bueno, como dice mi amiga
“la colocha”, no supiste ver más allá de lo grande , no leíste los detalles, y
la sensación de desamor apareció.
No importa el daño que te hayan
hecho, tu mirada no debe tergiversarse,
tus ojos siempre deben ver con claridad, sin temor, sin inseguridad,
porque ellas funcionan como una niebla que distorsiona un hermoso paisaje y te
llevan a cometer errores.
Siempre que te vayas, vete
sabiendo que amaste de veras, que diste lo mejor de ti, que no escatimaste sentimiento. Si por alguna razón algo no sale
bien, siéntete en paz por tu valentía y por la honestidad con la que te
mostraste.
Atrás quedaron ya los sábados por
la mañana en La Bonbonniere, el café caliente y el periódico del día, aunque
aún me gusta pensar que estás ahí.
Quien no tiene éstas nostalgias no aabe amar. Muy lindo leerte.
ResponderEliminarMe encantó eso de: " Siempre que te vayas, vete sabiendo que amaste de veras, que diste lo mejor de ti, que no escatimaste sentimiento. Si por alguna razón algo no sale bien, siéntete en paz por tu valentía y por la honestidad con la que te mostraste"